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Tiempo de estar sana, tiempo de enfermar, tiempo de compañía, tiempo de soledad, tiempo de enseñar, tiempo de aprender, tiempo de error, tiempo de humillación.


Hoy me enseñó varias cosas (espero aprenderlas de verdad, practicarlas):

Quise leer algún salmo y elegí el 47, su lectura fue in crescendo hasta el verso 6 y 7 que me dejaron mareada. Repite canten a Dios ¡5 veces! Canten, canten, canten, canten, canten. Hablaba de cantar un salmo, así que busqué y llegué a la palabra masquil, ¡Qué es eso! Masquil, "la palabra hebrea tal vez indique que estos salmos contienen instrucción en cuanto a la piedad (..."alguien que sea sensato",... "el que piensa en")" -donde busqué señala algunos salmos con este título de Masquil, Salmos 32, 42, 44-45, etc. Es gracioso que sean justo esos salmos, porque desde principio de año los estuve leyendo, a excepción del 32, así que para allá me fui.
El 47 me pedía que cante, cante, cante, cante y cante, y por lo que entendí, que cante el 32. Tremendo salmo, por lo demás. Entre que buscaba, leía y pensaba, me pregunté ¿por qué pide que lo cante? ¿qué tiene el canto que casi me obliga a hacerlo? -estoy estudiando en relación a la voz por mi área de formación profesional, y de hecho, leo un paper que habla del canto influenciando el ser de la persona... interesante, jeje-. Bueno, haciendo más corta la historia, diré que Dios creó el canto, la música en nuestras voces para llegar al alma de uno, de Dios y de otros, así que no había más vuelta que darle. Luego de leído, lo canté, con guitarra en mano, improvisando el 32. Jajaja (:

Gracias por traerme de vuelta a lo que nunca debí retirarme, la música.
Cantarle, amarle, desearle.

Luego, prendí la radio, y sas la historia de Josías... me hizo tanto sentido, más encima que a la edad de 26 años (la mía) avanzó aún más en su vuelta a Dios. Lo que aprendí en ese momento no lo compartiré aquí, quedó en mi corazón y mente, sólo dejo como resumen la foto que está más arriba. Si bien no es el pasaje que se compartió, pero sí resume muy bien la idea. Humillarse, me humillo ante Él, otra vez y otra vez. Porque como aprendí también hoy en el Salmo 32 "un Dios que perdona es un Dios en quien se puede confiar y a quien se le puede consagrar la vida", a esa confianza ahora le sumo obediencia. 

Estamos en él.
Viajamos en él. 
Sigo orando, conoce los más profundos pensamientos e inquietudes de mi ser.


-Citas de la Biblia de Estudio NVI

Comentarios

Unknown dijo…
Hi :) jaja
Buen comentario
Unknown dijo…
Hi :) jaja
Buen comentario

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